lunes, 22 de septiembre de 2008

mi amigo imaginario

Mi amigo imaginario
Aun no recuero el día que desapareció en mi vista, pero si el día en que nos encontramos por primera y también por última vez, lo sentía pero nunca le tome importancia. Somos amigos de infancia, con el disfrutaba mi día repleto de imaginación y juegos. El era un amigo muy peculiar, era un conejito algo retro, sus ojos eran dos botones uno grande azul marino y uno pequeño negro, siempre sospeche que eran de las blusas de mi mama. Sus dos orejitas eran rectas y blancas en el centro, todo el era hecho de una tela blanca con pequeñas bolitas rojas, tenia dos patitas y dos manitas. El día que nos conocimos yo estaba despertando de mi siesta rutinaria que tomaba por que estaba exhausta por ir al kínder, estaba dormida en la cama de mi mama cuando de repente escuche la música de su alhajero, volteé y vi que se estaba probando un par de aretes, nos quedamos viendo y le que le quedarían mejor las perlas, desde ese día nos hicimos inseparables hasta….no recuerdo que día. El me dijo que su nombre era popuino y que se fue creando de los estos del costurero de mi niñera y que ella antes de irse lo estaba diseñando para mí. Me esperaba siempre sentadito en mi mesita de te, llegaba del kínder y le platicaba sobre los recortes que había hecho. En nuestros tiempos libres nos poníamos a rayar las paredes con punturas de agua y en las noches jugábamos con plastilina. En algunas ocasiones cuando me papa me traía un regalo el iba corriendo a mi cuarto a darme la noticia. A veces le construía pequeños castillos de llegos y lo paseaba en el carro de mi barbie. El dormía en una caja de gansitos que yo había guardado para mis crayolas y cuando yo estaba en la escuela dormía en mi cama.
Pasábamos muy lindas tardes juntos sobre en la casa del árbol, en donde espiábamos a los vecinos. Con el tiempo y los problemas familiares se fue quedando en el rincón, sentado yo creo que tenia miedo, pasaban los años y yo ya estaba por entrar a la secundaria cambie los juguetes por el piano, el se sentaba en el a mirarme y a escucharme pero nunca me decía algo. En las noches me tapaba con la cobija o apagaba la televisión cuando la dejaba prendida. Entre a la prepa y empecé a salir con las amigas y a el solo lo veía como un lápiz mas sobre el escritorio, entrando a la universidad comencé a salir con mi novio y a hacer tarea en la noche y el oficialmente había salido de mi vista. Hace unos días, me sentía un poco estresada y me puse a tocar el piano , ya tenia mucho tiempo sin hacerlo, al abrir la tapa, ahí estaba el, sentadito y arrinconado , lleno de polvo, lo mire y le dije ¡popuino! ¿En donde estabas? y me respondió: siempre pendiente de ti, viéndote crecer, escuchándote al piano, estuve esperando mucho tiempo este momento, solo quiero decirte que no quiero que te pierdas en el mundo mayor, no dejes tu ilusión de conocer al mundo y la alegría que sentías cada vez que ibas al kínder.
De ahora en adelante siempre estaré en tus recuerdos, con el tiempo ya no me podrás ver, pero recuerda , tus sueños son parte de ti, tu los construyes y los realizas, no dejes que alguien trate de quitarte esa esencia con la que naciste y la que te hará triunfar. Recuerdo esas palabras, me quede impactada, comencé a tocar piano y cerré la tapa. Ayer la volví abrir y ya no lo vi, pero ahora ese pedazo de tela con dos botones diferentes me dijo lo que exactamente lo que necesitaba escuchar.








1 comentario:

Lorena dijo...

Enterada, Tere.

Dejé algunos recados en el blog de la clase:

tcu-uia.blogspot.com

Saludos

L.